La situación de la desnutrición infantil
y los objetivos de desarrollo del Milenio: La desnutrición en la niñez menor de cinco años incrementa su
riesgo de muerte, inhibe su desarrollo cognitivo y afecta a su
estado de salud de por vida. Atender a este problema es condición
indispensable para asegurar el derecho a la supervivencia y al
desarrollo de las niñas y niños de América Latina y el Caribe, así
como para garantizar el desarrollo de los países.
La situación nutricional en nuestra región es un indicador más
de las desigualdades sociales; asimismo, es causa y a su vez consecuencia
de la pobreza. Mientras la producción de bienes e insumos
alimentarios triplica los requerimientos energéticos de la población,
53 millones de personas tienen un acceso insuficiente a los
alimentos. La región es en extremo heterogénea, con una gran
diversidad de situaciones entre países y dentro de ellos. Estas diferencias
se expresan tanto en la intensidad en que se presentan los
distintos factores de vulnerabilidad alimentaria, como en las distintas
etapas de las transiciones demográficas y epidemiológicas
en que se encuentran.
Cabe destacar que, en mayor o menor medida, en los países de la
región se registran tanto problemas de ingesta insuficiente de alimentos
como de desequilibrios en la composición de la dieta. Estos últimos
se expresan en la falta de micronutrientes (hierro, yodo, zinc,
vitamina A) y en un exceso creciente de macronutrientes (ricos en
grasas saturadas), que se traducen en obesidad y otras patologías.
Una adecuada nutrición infantil se vincula directamente con el
logro de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM). En efecto,
si no se realizan esfuerzos especiales para atacar los problemas
nutricionales de la niñez más prevalecientes en la región (desnutrición
crónica/global y deficiencias de micronutrientes), el cumplimiento
del conjunto de los ODM se verá seriamente afectado
Para analizar la situación nutricional de la infancia es imprescindible
considerar la desnutrición crónica (déficit de talla para la edad)
como indicador adicional al de desnutrición global (déficit de peso
para la edad) incluido en los objetivos de desarrollo del Milenio. En la
región, la desnutrición crónica afecta a 8,8 millones de niños menores
de 5 años (16%) y refleja la acumulación de consecuencias de la
falta de una alimentación y nutrición adecuadas durante los años más
críticos del desarrollo de los niños -desde la etapa intrauterina hasta
los 3 primeros años. Sus efectos son, en gran medida, irreversibles y
se relacionan estrechamente con la extrema pobreza. La situación es
particularmente grave en los países centroamericanos y andinos.
Guatemala presenta la cifra más alta de la región, que supera los promedios
de Asia y África. En cambio, los países del Caribe anglófono
no registran diferencias significativas entre la desnutrición global y
crónica
Estudios nutricionales de las últimas dos décadas permiten
estimar que en la región se observa un importante avance hacia el
cumplimiento de la meta de reducción de la desnutrición global
(55%). Sin embargo, la situación es heterogénea entre los países.
Mientras algunos alcanzaron la meta, otros han avanzado muy
poco o, incluso, registran retrocesos (Argentina, Costa Rica,
Ecuador y Paraguay). Por su parte, durante la década de 1990, el
avance en la disminución de la desnutrición crónica ha sido más
lento (19,1% a 15,8%).
Es necesario subrayar que en los promedios nacionales no se
reflejan las grandes disparidades existentes dentro de los países. Por
ejemplo, la probabilidad de que un niño que vive en una zona rural
sufra de desnutrición global es entre 1,5 y 3,7 veces más alta que en
un niño que vive en zona urbana, y al menos 4 veces mayor entre
niños indígenas. Los países andinos y centroamericanos son claros
ejemplos de esta situación
.
http://www.unicef.org/lac/Desafiosnutricion(13).pdf
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